Tratamiento neurorehabilitador para el Covid persistente y post-Covid
La neurorrehabilitación psicológica es una de las herramientas terapéuticas que pueden mejorar el estado de las personas que padecen secuelas neurocognitivas post COVID-19 independientemente de la gravedad y duración de la fase aguda de la enfermedad, mediante una evaluación rigurosa y adaptada de las afectaciones cognitivas y un seguimiento a largo plazo que permita el diseño de estrategias adecuadas que reduzcan el impacto funcional y el estudio de las secuelas emocionales y psicopatológicas de la misma (Calabria, 2020)

Aparición de secuelas por Covid -19
Los primeros meses tras la detección del SARS-CoV-2 en Wuhan (China) a finales de 2019 y, especialmente a raíz de la adopción de medidas globales de protección sanitaria a partir de marzo de 2020, se caracterizaron por la aparición de una enorme cantidad de estudios que intentaban comprender los mecanismos de infección del virus y los efectos que este tenía en el organismo.
En un momento inicial, su transmisión aérea hizo pensar que el SARS-CoV-2 era un virus de afectación meramente respiratoria pero esta concepción cambió rápidamente al encontrarse evidencia de que se extendía a otros sistemas del organismo incluyendo el sistema nervioso central, el sistema hepático o el intestinal (Carod-Artal, 2020; Dávila-Marrero et al., 2021).
En los meses sucesivos, empezaron a detectarse casos de pacientes que pese a haber superado la fase aguda de la enfermedad seguían manifestando secuelas de tipo físico y neuropsiquiátrico. De forma interesante, además, la persistencia de estas secuelas se constataba independientemente de la gravedad de afectación por COVID-19, tanto en pacientes que habían requerido de ingreso en unidades de cuidados intensivo (UCI) como en pacientes asintomáticos (Davies et al., 2021; Nakamura et al., 2021; Rubin, 2020).
El síndrome de Covid prolongado o persistente
El síndrome de COVID-19 persistente engloba un conjunto de síntomas que pueden ser fluctuantes u ocasionar brotes y que aparecen durante o después del contagio de COVID-19, persisten más de doce semanas y no son explicables por otro diagnóstico.
La perdurabilidad exacta de estos síntomas, así como las causas concretas de su amplio espectro de manifestaciones no se conocen todavía (Carod-Artal, 2021). En algunos estudios, como el llevado a cabo por Graham et al. (2021), se llama a los pacientes afectados de COVID-19 persistente long haulers, término que podría traducirse como “portadores de largo recorrido”.
En una encuesta llevada a cabo por la Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG) en colaboración con el colectivo Long COVID Acts Spain con más de 1800 pacientes afectados por COVID-19 persistente se registraron hasta un total de 200 síntomas asociados a esta condición donde los veinte más frecuentes incluían, entre otros, cansancio, malestar general, dolor de cabeza, dolores articulares y musculares, disnea (dificultades respiratorias) y déficits atencionales y de memoria
Diversos estudios se han centrado específicamente en las secuelas neurocognitivas en pacientes afectados por COVID-19 persistente, hallando afectaciones en distintas áreas como la atención sostenida, la atención visual selectiva, la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo, la percepción visoespacial y las funciones ejecutivas (Garrigues et al., 2020; Hampshire et al., 2021; Ritchie et al., 2020; Zhou et al., 2020).
En cuanto a los modelos explicativos sobre estas secuelas se han postulado algunas hipótesis pendientes de confirmarse. Por un lado, existen estudios previos llevados a cabo con pacientes post UCI en los que se halló una relación entre secuelas cognitivas persistentes y la presencia de atrofias en el hipocampo y/o lesiones en la materia blanca.
La similitud sintomatológica de esta población con pacientes long haulers hace plantear la posibilidad de que este tipo de lesiones también estén presentes en la etiología de sus síntomas (Brown et al., 2015; Semmler et al., 2013).

Por otro lado, la sensibilidad del hipocampo a la hipoxia / anoxia (la disminución y/o interrupción del aporte de oxígeno al cerebro) es otra de las hipótesis planteadas para explicar las afectaciones que los pacientes afectados por el SARS-CoV-2 pueden mostrar en tareas que requieren de la memoria, la atención, las funciones ejecutivas y el procesamiento de la información (Wilson et al., 2020).
Brown, C. H., Sharrett, A. R., Coresh, J., Schneider, A. L. C., Alonso, A., Knopman, D. S., Mosley, T. H., & Gottesman, R. F. (2015). Association of hospitalization with long-term cognitive and brain MRI changes in the ARIC cohort. Neurology, 84(14), 1443–1453. https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000001439
Calabria, M. (2020). COVID-19 y efectos neurológicos: implicaciones desde la Neuropsicología. https://cienciasdelasalud.blogs.uoc.edu/covid-19-efectos-neurologicos-implicaciones-desde-la-neuropsicologia/
Carod-Artal, F. J. (2020). Complicaciones neurológicas por coronavirus y COVID-19. Revista de Neurología, 70(9), 311–322. https://doi.org/10.33588
Carod-Artal, F. J. (2021). Post-COVID-19 syndrome: Epidemiology, diagnostic criteria and pathogenic mechanisms involved. Revista de Neurologia, 72(11), 384–396. https://doi.org/10.33588/RN.7211.2021230
Davies, D. A., Adlimoghaddam, A., & Albensi, B. C. (2021). The Effect of COVID-19 on NF-κB and Neurological Manifestations of Disease. In Molecular Neurobiology (Vol. 58, Issue 8, pp. 4178–4187). Springer. https://doi.org/10.1007/s12035-021-02438-2
Dávila-Marrero, E., Rivera-Delpín, G., Rodríguez-Mercado, A., Olivo-Arroyo, R., & Montijo, J. A. (2021). Manifestaciones Cognitivas Persistentes Asociadas al COVID-19 Persistent Cognitive Manifestations Related to COVID-19. Psicologías, 5, 1–24. https://doi.org/10.1016/j.jau.2020.102434
Garrigues, E., Janvier, P., Kherabi, Y., le Bot, A., Hamon, A., Gouze, H., Doucet, L., Berkani, S., Oliosi, E., Mallart, E., Corre, F., Zarrouk, V., Moyer, J., Galy, A., Honsel, V., Fantin, B., & Nguyen, Y. (2020). Post-discharge persistent symptoms and health-related quality of life after hospitalization for COVID-19. The Journal of Infection, 81(6), e4–e6. https://doi.org/10.1016/J.JINF.2020.08.029
Graham, E. L., Clark, J. R., Orban, Z. S., Lim, P. H., Szymanski, A. L., Taylor, C., DiBiase, R. M., Jia, D. T., Balabanov, R., Ho, S. U., Batra, A., Liotta, E. M., & Koralnik, I. J. (2021). Persistent neurologic symptoms and cognitive dysfunction in non-hospitalized Covid-19 “long haulers.” Annals of Clinical and Translational Neurology, 8(5), 1073–1085. https://doi.org/10.1002/acn3.51350
Hampshire, A., Trender, W., Chamberlain, S. R., Jolly, A. E., Grant, J. E., Patrick, F., Mazibuko, N., Williams, S. C., Barnby, J. M., Hellyer, P., & Mehta, M. A. (2021). Cognitive deficits in people who have recovered from COVID-19. EClinicalMedicine, 39. https://doi.org/10.1016/J.ECLINM.2021.101044
Ritchie, K., Chan, D., & Watermeyer, T. (2020). The cognitive consequences of the COVID-19 epidemic: collateral damage? Brain Communications, 2(2). https://doi.org/10.1093/BRAINCOMMS/FCAA069
Rubin, R. (2020). As Their Numbers Grow, COVID-19 “Long Haulers” Stump Experts. JAMA, 324(14), 1381–1383. https://doi.org/10.1001/JAMA.2020.17709
Semmler, A., Widmann, C. N., Okulla, T., Urbach, H., Kaiser, M., Widman, G., Mormann, F., Weide, J., Fliessbach, K., Hoeft, A., Jessen, F., Putensen, C., & Heneka, M. T. (2013). Persistent cognitive impairment, hippocampal atrophy and EEG changes in sepsis survivors. Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry, 84(1), 62–69. https://doi.org/10.1136/JNNP-2012-302883
Wilson, B. A., Betteridge, S., & Fish, J. (2020). Neuropsychological consequences of Covid-19. In Neuropsychological Rehabilitation (Vol. 30, Issue 9, pp. 1625–1628). Routledge. https://doi.org/10.1080/09602011.2020.1808483
Zhou, H., Lu, S., Chen, J., Wei, N., Wang, D., Lyu, H., Shi, C., & Hu, S. (2020). The landscape of cognitive function in recovered COVID-19 patients. Journal of Psychiatric Research, 129, 98–102. https://doi.org/10.1016/J.JPSYCHIRES.2020.06.022