La apraxia y la ataxia son trastornos neurológicos que afectan el movimiento, pero lo hacen de maneras distintas. La apraxia es la incapacidad de realizar movimientos intencionales a pesar de tener la habilidad física y la voluntad para hacerlo, mientras que la ataxia es la falta de coordinación muscular, lo que afecta la capacidad de realizar movimientos controlados y precisos. Aunque pueden parecer similares, es importante diferenciarlas para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Definición de ataxia y sus tipos
La ataxia es un trastorno del sistema nervioso que afecta la coordinación de los movimientos. No es una enfermedad en sí, sino un síntoma de diversas condiciones neurológicas. Hay dos tipos principales: las ataxias primarias, generalmente genéticas y degenerativas, y las secundarias, que pueden ser causadas por factores como el alcoholismo, infecciones, o tumores. Las ataxias primarias pueden ser dominantes o recesivas, dependiendo de la herencia genética, como en el caso de la ataxia de Friedreich.
Definición de apraxia y sus tipos
La apraxia, en cambio, es un trastorno que afecta la capacidad de realizar movimientos con propósito, a pesar de tener las habilidades físicas para hacerlo. Los tipos de apraxia incluyen la ideacional, donde la persona no puede planificar una serie de movimientos; la ideomotora, que afecta la secuencia y ejecución de los movimientos; la apraxia construccional, que impide organizar acciones en el espacio; y la apraxia bucofacial, que dificulta los movimientos faciales.
Diferencias clave en manifestaciones clínicas
Clínicamente, la ataxia se manifiesta como una pérdida de la coordinación muscular, afectando diversas partes del cuerpo como las extremidades y los ojos. La apraxia, por otro lado, se caracteriza por la incapacidad para ejecutar movimientos previamente aprendidos, a pesar de que la persona desea y físicamente puede hacerlos. Estas diferencias en manifestaciones son esenciales para distinguir entre ambos trastornos.
Diferencias en las causas
Las causas de estos trastornos también son distintas. La ataxia suele originarse en el cerebelo, que coordina los movimientos musculares, y puede ser provocada por daño cerebral, alcoholismo, enfermedades neurodegenerativas o ciertos medicamentos. La apraxia, sin embargo, generalmente surge de daños en el lóbulo parietal del cerebro, debido a infartos, tumores o traumas, y puede involucrar otras áreas cerebrales responsables de la planificación motora.
Tratamientos disponibles
No existe un tratamiento curativo para la ataxia o la apraxia, pero se pueden implementar terapias para manejar los síntomas. En la ataxia, se utilizan dispositivos adaptativos y terapias como la fisioterapia, la terapia ocupacional y la del habla para mejorar la coordinación y la movilidad. Para la apraxia, las terapias recomendadas incluyen fisioterapia, terapia ocupacional y rehabilitación neuropsicológica, enfocándose en restaurar o compensar las capacidades motoras afectadas.