ELA y su afectación cognitiva y neurofisiológica

  • La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta las neuronas en el cerebro y la médula espinal, y causa pérdida del control muscular.
  • A nivel fisioterapéutico se trabajarán ejercicios respiratorios, terapia con ejercicios aeróbicos suaves y hidroterapia.
  • Disfagia o problemas de deglución están presentes y se necesita rehabilitación deglutoria o presentar los alimentos de otra forma
  • A nivel cognitivo se presentan complicaciones a nivel de funciones ejecutivas superiores (planificación, atención, organización, lenguaje…) y regiones frontales y temporales del cerebro (apatía, deshinbición y lenguaje).

Podríamos decir que la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es la enfermedad de la resignación, ya que de momento no se conoce tratamiento curativo para ella.

Es la tercera enfermedad neurodegenerativa en incidencia tras la demencia y la enfermedad de Parkinson. En 2015, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estimó, que al día había tres nuevos diagnósticos de esta patología. Lo que lleva a una cifra de más de 900 nuevos casos al año. Y en ese mismo año (2015), se recogió el número de personas afectadas en España, llegando a superar los 3.000 casos; y se estimaba que una de cada 400 personas desarrollaría ELA en el futuro.

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta las neuronas en el cerebro y la médula espinal, y causa pérdida del control muscular. Podríamos decir que poco a poco se van debilitando los músculos del cuerpo y van perdiendo su funcionalidad. Una de las consecuencias de la enfermedad son los problemas respiratorios derivados de este debilitamiento y parálisis muscular, pudiendo ser la causa del fallecimiento de la persona.

 

Uno de los personajes famosos que dio a conocer esta enfermedad fue el físico Stephen Hawking, diagnosticado a los 21 años de ELA pero asombrosamente consiguió vivir otros 55 años.

Se desconoce la causa que provoca la aparición de esta enfermedad, aunque se relaciona un bajo porcentaje genético (entre un 5% y un 10%) y un alto porcentaje relacionado con el ambiente, el entorno y la exposición a toxinas. El riesgo de tener esclerosis lateral amiotrófica aumenta con la edad, y es más común de los 40 a mediados de los 60 años en población masculina.

Para poder convivir con esta enfermedad neurodegenerativa es necesario realizar un tratamiento integral y multifactorial buscando un retraso en el proceso de dependencia vital. La esperanza de vida una vez diagnosticado es de 3 a 5 años, aunque algunas pueden vivir 10 años o más. Se necesitaría un tratamiento que englobe fisioterapia, cognición y probablemente terapia psicológica, así como logopedia y por supuesto farmacológica.

A nivel fisioterapéutico se trabajarán ejercicios respiratorios con el fin de mejorar la musculatura inspiratoria, logrando así una mayor supervivencia; también es necesaria la terapia física en pacientes, basándose en ejercicios aeróbicos suaves (por ejemplo, caminar, nadar, bicicleta) y ejercicios con cierta resistencia que pueden mejorar la salud cardiovascular del usuario. La hidroterapia, es otro tratamiento que puede tener efectos beneficiosos en la persona al poder realizar movimientos y ejercicios en un entorno acuático.

Otro de los trastornos que pueden aparecer a raíz de la enfermedad es la Disfagia. Los problemas de deglución suele ser la etapa más problemática, aunque con anterioridad puede haber anorexia (ya que la persona empieza a tener problemas con la alimentación) o tos al ingerir los distintos alimentos. Estas complicaciones pueden irse sorteando con una rehabilitación deglutoria o presentando los alimentos de otra forma (utilizando espesantes, papillas, optimizando la temperatura o fragmentando las distintas comidas).

En un primer momento se pensaba que esta enfermedad no presentaba cambios a nivel cognitivo, pero se ha visto los pacientes presentan complicaciones con las funciones ejecutivas superiores, por ejemplo problemas con la planificación, la atención, la organización, la toma de decisiones, y dificultades con la cognición social y el lenguaje. Un estudio realizado en el Hospital de Sant Pau coordinado por Ricard Rojas-Garcia y presentado en la revista Neurology, determina que la enfermedad presenta cambios en las regiones frontales y temporales del cerebro. A nivel frontal producen cambios en el comportamiento de la persona, habiendo en ella más desinhibición en ciertos contextos sociales o apatía. En cuanto a la región temporal, puede producir una dificultad en la comprensión del lenguaje.

Fuentes:

 

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