En personas con TDAH puede ser posible que tengan algunos problemas motrices secundarios a la dificultad cognitiva.
Por ejemplo pueden sentir torpeza o presentar poca precisión debido al déficit de atención y a la impulsividad.
Es por ello que es positivo para estas personas realizar ejercicios de psicomotricidad.
También es interesante trabajar la motricidad fina con ejercicios que fomenten la precisión, la atención, la rapidez, la agilidad, la acción – inhibición, …
Unir ejercicio físico con ejercicio cognitivo es muy favorable en estos casos, por eso actividades que combinen ambas partes serán muy beneficiosas.
Por ejemplo encestar pelotas de diferentes colores en cestos diferentes. La clave es realizar actividad física con carga cognitiva asociada. Muchos deportes o juegos ya lo hacen siguiendo una estrategia por ejemplo.
Siempre será bueno ver los gustos de cada persona y realizar actividad física acorde a estos a fin de conseguir una asiduidad y continuidad en la actividad.
También suele ser positivo realizar ejercicios de relajación con estas personas.