En el día mundial del Lupus queremos dar visibilidad a esta enfermedad y hablar de la importante de un tratamiento neurofisioterapéutico.
Cerca de 40.000 personas padecen actualmente lupus en España, de las cuales alrededor de 19.000 sufren lupus eritematoso sistémico (LES), el tipo de lupus más frecuente y más grave. La incidencia de esta enfermedad inflamatoria crónica de naturaleza autoinmune aumenta cada año y está estimada en nuestro país entre 2 y 3 casos por 100.000 habitantes/año.
La fisioterapia desempeña un papel crucial en el manejo del lupus, una enfermedad autoinmune crónica que primordialmente afecta a mujeres en edad fértil, aunque también se presenta en niños y ancianos. Al ser una enfermedad sistémica, el lupus puede provocar inflamación y daño en múltiples órganos, incluyendo articulaciones, piel, riñones y más. Los fisioterapeutas se centran en aliviar síntomas como el dolor, el edema y la inflamación durante los brotes activos de la enfermedad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida del paciente, aunque sin la expectativa de curar la enfermedad, ya que se trata de una enfermedad crónica.
Durante las sesiones de tratamiento, es vital evitar la fatiga excesiva y la inflamación articular, razón por la cual se recomienda que estas no sean prolongadas. La cinesiterapia, que forma parte de las técnicas empleadas, debe ejecutarse lentamente y sin provocar dolor, respetando siempre la capacidad y límites del paciente. Esto ayuda a minimizar la sobrecarga en las articulaciones afectadas y a manejar mejor los síntomas durante los períodos de brote.
Además del manejo de la inflamación y el dolor, los pacientes con lupus deben ser conscientes de otros aspectos críticos como la hipersensibilidad a los rayos ultravioletas, que puede exacerbar la enfermedad si no se toman las precauciones adecuadas. El manejo global del lupus también incluye atención a los síntomas generales como cansancio, pérdida de peso inexplicable y fiebre, todos ellos indicativos de la actividad de la enfermedad.
A pesar de los desafíos que implica el lupus eritematoso sistémico (LES), el pronóstico ha mejorado significativamente en las últimas dos décadas, especialmente en los países desarrollados, donde la tasa de supervivencia a los 10 años alcanza el 95% tras controlar la fase aguda inicial. Este progreso subraya la importancia de un manejo adecuado y temprano, incluyendo intervenciones de fisioterapia, que son fundamentales para mantener la función y la calidad de vida de los afectados.