Los niños con TDAH muestran un estilo cognitivo impulsivo, lo que significa que tienden a procesar la información de forma automática en lugar de reflexiva.
Esto se refleja en su rapidez, inexactitud y falta de atención al enfrentarse a tareas complejas. Además, su impulsividad se manifiesta en respuestas rápidas, análisis de la información erróneos y reacciones emocionales exageradas, lo que puede afectar su desempeño académico y social de manera negativa.
En un ambiente educativo apropiado y enfocado, pueden mantener la atención del niño y están acompañados por un maestro que dirige la atención del niño hacia la tarea.
Se recomienda cambiar el estímulo incluso cuando comienza a convertirse en un factor perturbador, por lo que los profesores podrían mantener un alto nivel de atención hacia los niños durante la lección, además, se recomienda cambiar el tono de voz y los materiales utilizados. durante las actividades educativas.
Tener en cuenta la importancia de participar en actividades de corta duración es fundamental para mantener la atención.