¿Por qué nos acordamos que canciones antiguas y no de lo que hicimos ayer?

Música y memoria:

En INA Memory trabajamos el deterioro cognitivo tanto leve como más grave mediante ejercicios de neurorehabilitación. También tenemos la Sala Snoezelen, en la que se busca aislar los sentidos y así estimularlos individualmente. En personas con Alzheimer por ejemplo, tratar un estímulo como un olor o una canción de forma única pueden evocar recuerdos o despierten su curiosidad y provocar así un gran avance.

  • La Curva de la Memoria explica que solemos olvidar aquello más reciente.
  • La música se relaciona con la memoria emocional, memoria semántica y la repetición.
  • Un estudio demuestra que la música la guardamos en áreas cerebrales distintas a la de otros recuerdos (giro cingulado anterior y corteza premotora)

El otro día caminando por la calle, un coche se paró en el semáforo y sonaba “Corazón partido” de Alejandro Sanz. El conductor cantaba a viva voz y yo me vi tarareando la canción. En ese momento pensé: ¿Cómo puede ser que me acuerde de esta canción de hace más de 20 años y no recuerde lo que hice ayer?

La curva de la Memoria:

Existe lo que se llama la Curva de la Memoria o Curva del Olvido. El psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus midió a finales del siglo XIX, la relación entre el aprendizaje y la memoria y su relación con el olvido. Después de distintos ensayos descubrió que lo que se aprende se olvida de forma muy rápida durante las primeras horas (y más progresivamente). Con este estudio sobre el olvido aprendió que para que un recuerdo o aprendizaje se retenga, tiene que repetirse y tiene que ser significativo, es decir recordaremos mejor aquello que nos gusta o interesa.

Esta Curva de Memoria se puede extrapolar a la música donde tiene importancia la memoria emocional, memoria semántica y la repetición. Tanto en los recuerdos como en la música, cuando escuchamos una canción, rememoramos los momentos en los que la hemos escuchado, los recuerdos que nos evoca y en ese momento se activa en el cerebro la Amígdala, zona que forma parte del sistema límbico y que su función es la del procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales. Además estas canciones las oímos constantemente durante un largo periodo de tiempo y más cuánto más antigua sea.

En internet encontramos ciertos videos en lo que se ven a personas con Alzheimer que se emocionan al escuchar ciertas canciones, como el caso de la primera bailarina del Ballet de Nueva York (1967), la española Marta Cinta, que al escuchar la canción de El lago de los Cisnes empieza a mover los brazos simulando la coreografía que realizaba. O también encontramos al músico y cantante Tonny Bennet de 95 años, que aún sufriendo Alzheimer, en 2021 dio un conmovedor concierto junto a la también cantante Lady Gaga.

La música se guarda en áreas cerebrales diferentes:

Por otro lado, un estudio publicado en la revista “Brain” también da respuesta a esta disyuntiva y declara que la música la guardamos en áreas cerebrales distintas a las del resto de los recuerdos. En concreto, las zonas que mostraron mayor activación al rememorar las canciones fueron el giro cingulado anterior, situado en la zona media del cerebro, y el área motora presuplementaria (corteza premotora), ubicada en el lóbulo frontal.

 

El estudio se dividió en dos partes. Ambas se basaban en la hipótesis de que la experiencia de oír música es, para el cerebro, diferente de la recordarla, y en los dos procesos intervienen redes cerebrales distintas.

Una primera parte del estudio se basó en personas sanas a las que se les hacía escuchar 40 tripletas de canciones (una canción recientemente escuchada, otra más antigua y otra desconocida). El objetivo era saber qué áreas del cerebro se activaban en cada caso. La actividad cerebral de los voluntarios fue registrada mediante la técnica de imagen por resonancia magnética funcional. En los tres tipos de canciones se activan tanto la corteza premotora como el giro cingulado anterior, pero en las canciones más antiguas se activaban con más intensidad.

La segunda parte del estudio fue con personas que sufrían Alzheimer. Lo ideal hubiera sido únicamente hacerlo con esta población, pero una de las dificultades era que muchos de ellos pueden recordar las canciones pero no son capaces de verbalizar ese recuerdo.

En INA Memory trabajamos enfermedades como Alzheimer mediante estimulación y rehabilitación cognitiva. Además tenemos una sala Multisensorial o Snoezelen donde podemos dividir los sentidos y trabajar aquello relacionado con la música y el oído.

Fuentes:

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