Musicoterapia como tratamiento para el deterioro cognitivo

Según la Federación Española de Asociaciones de Musicoterapia, esta disciplina consiste en el uso profesional de la música y sus elementos como una intervención en entornos médicos, educacionales y cotidianos con individuos, grupos, familias o comunidades que buscan optimizar su calidad de vida y mejorar su salud y bienestar físico, social, comunicativo, emocional, intelectual y espiritual. Esta es una definición actualizada y revisada en 2011 por la Fundación Mundial de Musicoterapia en la que se destaca la mejoría en salud y bienestar con el hecho de realizar terapia musical.

En las redes sociales circulan multitud de videos donde personas con un deterioro cognitivo grave, personas que no reconocen nada ni nadie, que sufren Alzheimer desde hace tiempo, al escuchar una canción conectan alguna parte del cerebro y recuerdan. Como sería el caso de la primera bailarina del Ballet de Nueva York (1967), la española Marta Cinta, que al escuchar la canción de El lago de los Cisnes empieza a mover los brazos simulando la coreografía que realizaba.

 

En este artículo anterior titulado ¿Por qué nos acordamos de las canciones antiguos y no de lo que cenamos ayer?, hablamos de este fenómeno. Por un lado la música la guardamos en áreas cerebrales distintas a la de otros recuerdos (giro cingulado anterior y corteza premotora) y además se relaciona las canciones y la música con la memoria emocional, la memoria semántica y con la repetición.

¿Tendrá esto que ver con la existencia de esta disciplina llamada Musicoterapia?

A partir de la que World Federation for Neurorehabilitation avalara la musicoterapia como intervención no-farmacológica y no-invasiva para tratar a pacientes con trastornos neurológicos que presentan disfunciones cognitivas, motoras, y/o del lenguaje, se están llevando a cabo múltiples estudios y artículos académicos para tratar de verificar dichos beneficios.

La música es una de las pocas actividades que provocan una activación casi global del cerebro, estimulando la interacción neuronal entre ambos hemisferios.

Nuestros cerebros están estructural y funcionalmente programados para responder a estímulos rítmicos, armónicos, y melódicos, y que nos podemos aprovechar de estas herramientas para actuar sobre áreas lesionadas que usualmente no responden a otro tipo de estímulo. Además de contribuir a la recuperación de las capacidades cognitivas, motoras, y del lenguaje se ha demostrado que la este tipo de tratamiento produce cambios estructurales y fisiológicos en el cerebro, impulsando la neuroplasticidad y reestructuración de circuitos neuronales.

Según un artículo publicado por la Revista de Neurología titulado Musicoterapia en la enfermedad de Alzheimer: efectos cognitivos, psicológicos y conductuales dirigido por M. Gómez Gallego y J. Gómez García, se llevó a cabo un tratamiento con musicoterapia durante 6 semanas a 42 pacientes que sufrían Alzheimer en estadio leve-moderado. A partir de aquí se realizaban cuestionarios pre y post tratamiento y se valoraba su existía o no mejoría. Como consecuencia se observó una mejoría significativa en memoria y orientación así como a nivel emocional en depresión y ansiedad. El efectos de las mejoras cognitivas ya es apreciable a las 4 sesión de musicoterapia. Con ello se pone en evidencia su mejora científica a nivel cognitivo. El estudio también propone la necesidad de danzaterapia a fin de mejorar los aspectos motores y funcionales.

Siguiendo la estela de los trastornos neurodegenerativos, nos encontramos con un estudio que explora la eficacia de la Musicoterapia a nivel motor, cognitivo y emocional en pacientes de Párkinson. En este caso se aplicaron cuestionarios y evaluaciones Pre-Test y después Post-Test, es decir antes y después del tratamiento con Musicoterapia. Como resultado se observó una mejora en la calidad de vida del paciente. Por un lado, mejora del acto motor respecto a regulación motora, coordinación y movimientos alternantes. Disminución de la bradicinesia, temblor y rigidez. Por otro lado, mejora de la Función Frontal respecto a organización del pensamiento, estrategias de búsqueda, acceso a información semántica, aumento de resistencia a la interferencia, mejora de memoria subyacente a funciones intelectuales, así como del área visuoespacial y del lenguaje. Además se observa mejora en Memoria Visuoespacial-Constructiva, así como en Memoria Visual y Auditiva, tanto de Evocación como de Reconocimiento, además de mejora en Apraxia Constructiva (aumento de detalles y trazo del dibujo). Los resultados indican una disminución del grado de deterioro, mejora de la movilidad general, disminución de rasgos depresivos, y aumento de la socialización y motivación en las tareas de la vida cotidiana.

Por todo ello en INA Memory apostamos por este tipo de tratamiento y por ello lo incluimos en nuestro programa Memory Connecta-t.

Fuentes:

 

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